Una de las medidas para tener una buena y equilibrada alimentación es el incremento del consumo de frutas, verduras y hortalizas
Al comenzar el año nos encontramos con los kilos de más resultado de los excesos de las comidas de Navidad y con las listas con los nuevos propósitos, ¿Qué alimentos debemos tomar y cuáles evitar? ¿Qué pasos hay que seguir para realizar y mantener una dieta saludable? ¿Cómo nos pueden perjudicar
la realización de dietas estrictas cuyo objetivo es la pérdida de peso?
Para comenzar el nuevo año con una buena alimentación, en primer lugar, hay continuar con la pauta saludable habitual sin hacer restricciones estrictas ni ayunos prolongados o compensaciones con ingestas de un solo alimento.
Recomendaciones
- Planificar la dieta con anterioridad por dos motivos: porque nos ayuda a mantener hábitos saludables y porque la improvisación aumenta el riesgo de comer de forma menos sana.
- Seguir bebiendo agua a demanda de nuestra sed.
- Mantener horarios regulares de nuestras comidas.
- Aumentar el consumo de verduras, hortalizas, frutas y legumbres.
- Evitar el consumo excesivo de carnes rojas y de alimentos con azúcar y grasas refinadas añadidas.
- Comprar más en los mercados y menos en los supermercados.
- Alimentos y hábitos
Además de carnes rojas y de los alimentos con azúcares y grasas,hay que restringir, ya que suponen “un riesgo para nuestra salud, como el alcohol, los refrescos y los zumos, pescados ultraprocesados, bollerías, galletas, snacks o precocinados”. Por el contrario, los alimentos que hay que tomar en mayor medida o incorporar en la dieta, además de las verduras, las hortalizas, la fruta y las legumbres, son “los frutos secos y las semillas, ya que su consumo se asocia a la prevención de enfermedades, como ciertos tipos de cáncer”
No solo la alimentación es importante para llevar una alimentación equilibrada, también pueden acompañarla, además de la ingesta de agua, la práctica de ejercicio físico de manera regular y el mantenimiento de un buen estado emocional
No a las dietas estrictas
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Puede alterar nuestra conducta alimentaria y generar más ansiedad antes los alimentos que nos hemos prohibido.
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El organismo, además, puede generar unos mecanismos de adaptación para recuperar lo perdido, como aumentar la sensación de hambre y con ello, en definitiva, la ingesta, creando un balance que genere mayor acumulación de grasas en nuestro organismo.
- Pérdida, principalmente de agua, fácilmente recuperable cuando se vuelva a los hábitos anteriores.
Puede alterar nuestra conducta alimentaria y generar más ansiedad antes los alimentos que nos hemos prohibido.
El organismo, además, puede generar unos mecanismos de adaptación para recuperar lo perdido, como aumentar la sensación de hambre y con ello, en definitiva, la ingesta, creando un balance que genere mayor acumulación de grasas en nuestro organismo.
Para evitar situaciones similares, “lo recomendable es educar nuestra conducta alimentaria, que podamos modificar hábitos de forma definitiva y mantener nuestra salud”
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