Diez alimentos de primavera que no pueden faltar en tu dieta
Las frutas y verduras de temporada son la opción mas nutritiva y sabrosa.
La primavera ha llegado y con ella una serie de alimentos que deberíamos incluir en nuestra dieta para mantenernos en plena forma. La fruta y verdura fresca, local y de temporada es la opción más nutritiva, económica, sabrosa y respetuosa con el medio ambiente.
Los vegetales son la base de nuestra dieta mediterránea, en la que ha posicionado a España como país más saludable del mundo. Un patrón de alimentación que contribuye a que vivamos más y mejor, entre otras cosas porque previene las enfermedades cardiovasculares.
Los expertos recomiendan tres piezas de fruta al día y dos raciones de verduras y hortalizas, una de las cuales debería tomarse cruda (por ejemplo en ensalada). Incluir verduras en todas las comidas, y optar por frutas y verduras crudas como tentempiés. En resumen, si en la comida y la cena apostamos por un primer plato de verdura, cruda o cocida, y tomamos fruta en el desayuno y en los postres, o a media mañana y media tarde, ya cubrimos las raciones.
A continuación, diez alimentos que deberíamos incluir en nuestra dieta en primavera:
-Fresas y fresones: son una deliciosa fuente de vitamina C y antocianinas, dos potentes antioxidantes. Comer tres o más porciones de fresas a la semana ayuda a las mujeres a reducir su riesgo de sufrir un ataque al corazón. Su alto contenido en xylitol, las convierte en perfectas aliadas de la salud dental, ya que protege de las bacterias que forman la placa y ayuda a remineralizar los dientes.
-Albaricoque: Los más dulces y jugosos se encuentran a partir de mayo. Son ricos en betacaroteno, un pigmento con capacidad antioxidante, que se transforma en vitamina A en nuestro organismo según lo va necesitando. Cuenta con cantidades apreciables de potasio y vitamina C.
-Pimientos: son ricos en vitamina C, vitamina A, folatos y potasio. Su variedad roja es una una buena fuente de licopeno, antioxidante que ayuda a ralentizar el envejecimiento.
-Cerezas: Esta fruta tiene entre sus propiedades reconocidas la de favorecer el sueño. Contienen también flavonas y antocianinas, dos tipos de antioxidantes que se asocian con una menor resistencia a la insulina y una mejor regulación de la glucosa en sangre.
-Ciruelas: Muy dulces, son ricas en fibra y contienen sorbitol, por lo que, en casos de estreñimiento, se convierten en buenas aliadas para mejorar el tránsito intestinal. La presencia de antocianos, unas sustancias que le proporcionan color a las variedades rojizas, son la razón de su poder antioxidante. Además, tienen un alto contenido en potasio, cuya ingesta se ha relacionado con una reducción de la presión arterial.
-Nísperos: Es una de las frutas menos conocidas de la primavera. La OCU recomienda consumirlos cuando estén completamente maduros, porque, de lo contrario, pueden resultar ácidos e indigestos. Además de ser muy rico en potasio, destaca su contenido en fibra y provitamina A.
-Aguacate: Esta sabrosa fruta es rica en vitaminas, minerales, aminoácidos esenciales y proteínas de alta calidad, y ácido oleico, el ácido graso característico del aceite e oliva. Tiene un poderoso efecto saciante, , que ayuda a reducir el deseo de seguir picando después del almuerzo.
-Tomate: Es la base del gazpacho, salmorejo y sofrito. Podríamos decir que es una de las hortalizas estrella de la gastronomía española. Rico en un antioxidante llamano licopeno, ha demostrado ser un aliado en la prevención del cáncer de próstata. El sofrito de tomate es la salsa perfecta para cuidar el corazón.
-Espárragos: Su mejor época es la que transcurre entre abril y mayo. Es un alimento poco calórico por su gran contenido en agua. Rico en vitaminas A, B, C, E, K y ácido fólico. También son fuente de fibra y de minerales.
-Zanahorias: Como guarnición, en ensalada, en bizcocho o de sano picoteo. Las zanahorias, muy versátiles en la cocina, son una importante fuente de betacarotenos, unas sustancias antioxidantes que, entre otros beneficios, protegen la vista y mejoran el aspecto de la piel, ya que le dan un pigmento más anaranjado.